Y el tiempo volvió a pararse.
Nauseabundos momentos que exaltaban mi anterior vida. Cercos trazados alrededor de las sonrisas. Bucles infinitos que alcanzaban tus manos. Misterio, perfección, altruismo. Como si de una dádiva se tratase, encontré un pergamino arrugado por la edad.
Borrado por el dolor.
Arrastrado una y otra vez.
Quédate.
Yo me marcho.
**anita gallego
1 comentario:
Esto si que estubo bueno :)
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